martes, 26 de abril de 2011

Todas las batallas de la vida sirven para enseñarnos algo, inclusive aquella que perdemos.
Solo quien comio ajo, puede darnos una palabra de aliento.

Mariano

Parodia comercial volkswagen

TEXTOS PARA NADA

XII

Es una noche de invierno, allá donde fui, seré, rememorado, imaginado, qué más da, creyendo en mí, creyendo que soy yo, no, no vale la pena, desde el momento en que hay otros, dónde, en el mundo de los otros, de los largos trayectos mortales, bajo el cielo, con una voz, no, no vale la pena, y algo por qué moverse, de vez en cuando, ya no, desde el momento en que los otros pasan, los verdaderos, pero sobre la tierra, seguramente sobre la tierra, el tiempo de una nueva muerte, de un nuevo despertar, esperando que aquí cambie, que algo cambie, que haga nacer más profundamente, morir más profundamente, o resucitar, al fondo de afuera de ese murmullo de memoria y sueño. Una noche de invierno, sin luna ni estrellas, pero clara, ve su cuerpo, el frente, una parte del frente, ¿qué ilumina, esta imposible noche, este imposible cuerpo?, en él está mi recuerdo, de la verdadera noche, es mi sueño, de la noche sin mañana, y mañana, ¿cómo se las arreglará mañana, para soportar mañana, el alba, el día?, se las arreglará como ayer, como se las arregló ayer, para soportar ayer. Es cierto, no soy yo, aún no, ya no, es un veterano, de los días y las noches, pero él olvida, piensa en mí, demasiado en mí, y el alba está todavía lejos, quizá tenga tiempo de no despuntar. Es lo que dice, con su voz que lo abandona, quizás esta noche, y dice, Qué claridad, ¿cómo me las arreglaré mañana, cómo me las arreglé ayer?, bah, es el fin, mañana está lejos, quién me habla así, y quién me niega así, como si le hubiera quitado el sitio, como si hubiera usurpado su vida, vieja vergüenza que me ha impedido vivir, haberme al vivir impedido vivir, y así siempre, refunfuñando, los viejos despropósitos, el mentón sobre el pecho, los brazos bamboleantes, las piernas sin fuerza, en la noche. ¿Me deslizarán en él, memoria y sueño de mí, en él todavía vivo?, ¿acaso no estoy ya en él, desde siempre, esparcido como un remordimiento?, ¿estaría, mi noche y mi contumacia, en el secreto de este moribundo, y sería su muerte mi última demora, por haber vivido?, y, quién divaga así, bah, hay voces por todas partes, orejas por todas partes, uno que habla diciendo, mientras habla, Quién habla, y de qué, y uno que escucha, mudo, sin comprender, lejos de todos, y cuerpos en todas partes, doblados, detenidos, donde debo tener tantas oportunidades, tan pocas, como en este cualquiera. Y nadie esperará, ni él ni los demás, nadie ha esperado nunca, para morir, que yo viva en él, para poder morir con él, pero aprisa aprisa todos mueren, diciéndose, Muramos aprisa, sin él, como en la vida, ahora que estamos a tiempo, antes de no haber vivido. Y este otro, naturalmente, qué decir de este otro, que divaga así, a fuerza de que yo provea y de él desprovisto, este otro sin nombre ni persona cuyo ser abandonado frecuentamos, nada. He aquí un bonito trío, y decir que todos sólo hacen uno, y que este uno sólo hace nada, y qué nada, no vale nada. Entonces, ¿estoy obligado a decir, es el momento, esto es la tierra, estas obras apenas vivas que me estaban destinadas y que recuperadas lo estarían a otro, gracias, y a reír, con esa larga risa muda de inexistente avisado, de escuchar atribuirme palabras tan gruesas?, qué sentido del humor, confiesa que ya no estás a la altura, que acabarás por montar en bicicleta. Ese es el coro de contables, opinan, como un solo hombre, otro más, y no es todo, todos los pueblos no bastarían, al término de billones se necesitaría un dios, de los testigos testigo sin testigo, suerte que ha fracasado, que nada ha empezado, nunca hubo nada más que nunca y nada, es una verdadera suerte, nada nunca, más que palabras muertas.


1950
"Relatos" - Samuel Beckett

CUANDO SE TIENE MIEDO A ALGUIEN, ES PORQUE SE LE HA DADO PODER SOBRE UNO.

HERMANN HESSE

lunes, 25 de abril de 2011

Siempre es bueno arrancar la semana ejercitándose un poco

"No podemos resolver problemas usando el mismo tipo de pensamiento que usamos cuando los creamos.
Al principio todos los pensamientos pertenecen al amor. Después, todo el amor pertenece a los pensamientos.
Cada día sabemos más y entendemos menos.
Comienza a manifestarse la madurez cuando sentimos que nuestra preocupación es mayor por los demás que por nosotros mismos."
Albert Einstein

martes, 19 de abril de 2011

EN EL CILINDRO

Visto desde el suelo en todo su contorno y toda su altura presenta una superficie ininterrumpida. Y sin embargo su mitad superior está acribillada de nichos. Esta paradoja se explica por la naturaleza de la iluminación cuya omnipresencia escamotea los huecos. Sin hablar de su debilidad. Buscar un nicho desde abajo con los ojos nunca se ha visto. Es raro que los ojos se eleven. Cuando lo hacen es hacia el techo. Suelo y muro están vírgenes de toda señal que pudiera servir de punto de referencia. Escalas levantadas siempre en los mismos lugares los pies no dejan huellas. Las cabezadas y los puñetazos contra el muro tampoco. Habría huellas que la iluminación impediría ver. El escalador que lleva su escala para levantarla en otro sitio lo hace a ojo de buen cubero. Es raro que se equivoque más de unos centímetros. Contando con la disposición de los nichos el error máximo es de un metro aproximadamente. Bajo el efecto de la pasión su agilidad es tal que incluso la desviación no le impide alcanzar un nicho cualquiera sino el previamente elegido ni a partir de él aunque con más dificultad recuperar la escala de un vencido o de una vencida o mejor aún de la vencida. Está sentada contra el muro con las piernas levantadas. Tiene la cabeza entre las rodillas y los brazos alrededor de las piernas. La mano izquierda sobre la tibia derecha y la derecha sobre el antebrazo izquierdo. Los cabellos rojizos empañados por la iluminación llegan hasta el suelo. Le ocultan el rostro y toda la parte delantera del cuerpo hasta la entrepierna. El pie izquierdo está cruzado sobre el derecho. Ella es el norte. Más ella que los demás vencidos por su mayor firmeza. A quien excepcionalmente quiere tomar la estrella ella puede servirle. Tal nicho para el escalador poco inclinado a las acrobacias evitables puede encontrarse a tantos pasos o metros al este o al oeste de la vencida sin que naturalmente él la llame así o de otro modo incluso mentalmente. Ni que decir tiene que únicamente los vencidos ocultan su rostro. No todos lo hacen. De pie o sentados con la cabeza alta algunos se contentan con no abrir los ojos. Evidentemente está prohibido rehusar el rostro o cualquier otra parte del cuerpo al buscador que lo solicite y que puede sin temor a resistencias separar las manos de las carnes que ocultan y levantar los párpados para examinar el ojo. Hay buscadores que se dirigen a los escaladores sin intención de escalar y con el único objetivo de inspeccionar de cerca a tal o tal otro vencido o sedentario. Así es cómo los cabellos de la vencida han sido muchas veces levantados y separados y la cabeza levantada y el rostro puesto al desnudo y toda la parte delantera del cuerpo hasta la entrepierna. Una vez terminada la inspección es costumbre volver a dejar cuidadosamente todo como estaba tanto como sea posible. Una cierta moral compromete a no hacer a otro lo que viniendo de él os entristecería. Este precepto se sigue bastante en el cilindro en la medida en que la búsqueda no sufre por ello. Esta no sería más que una burla sin la posibilidad en caso de duda de controlar ciertos detalles. La intervención directa para ponerlos en evidencia no se hace apenas más que sobre las personas de los vencidos y sedentarios. Cara o espalda a la pared éstos en efecto no presentan normalmente más que un solo aspecto y en consecuencia se exponen a ser girados. Pero allí donde hay movimiento como en la arena y la posibilidad de ladear el objeto casi no son necesarias esas manipulaciones. Ocurre claro está que un cuerpo se vea obligado a inmovilizar a otro y colocarlo de una cierta manera para examinar de cerca una región particular o para buscar una cicatriz por ejemplo o una peca. A destacar finalmente la inmunidad bajo este aspecto de los que hacen cola para la escala. Obligados por la penuria de espacio a pegarse unos contra otros durante largos períodos no ofrecen a la mirada sino parcelas de carne confundidas. Mal haya el temerario llevado de su pasión que ose levantar la mano al menor de ellos. Como un solo cuerpo la cola se lanza sobre él. Esta escena sobrepasa en violencia todo lo que en ese género puede ofrecer el cilindro.


1967



"Relatos" - Samuel Beckett

"Los monos son demasiado buenos para que el hombre pueda descender de ellos."

Friedrich Nietzsche
 

PASCUA

  • Pascua o Resurrección del Señor, una festividad cristiana.
  • Pésaj o pascua judía, una festividad judía que que conmemora la salida del pueblo hebreo de Egipto.
  • Pascua Juvenil, movimiento de la Iglesia católica.
  • Triduo Pascual, los tres días en que los cristianos celebran la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.
  • Alzamiento de Pascua, un alzamiento militar en Irlanda.
  • Conejo de Pascua, un personaje mítico infantil.
  • Huevo de Pascua huevo dulce que comen los niños el Domingo de Resurrección
  • Mona de Pascua, alimento típico valenciano, y catalán.
  • Huevo de pascua (virtual), mensaje o capacidad oculta contenida en un soporte electrónico.
  • Marchas de pascua, acciones políticas de protesta en los países de la OTAN.

    También se le denomina pascua a las siguientes festividades:
    • Pascua de Navidad, festividad del nacimiento de Cristo.
      • Pan de Pascua, un producto de repostería chileno, que se consume para Navidad.
    • Adoración de los Reyes Magos, la primera de las cuatro que celebra el calendario cristiano, llamada también Epifanía.
      • Pascua Militar, ceremonia que se celebra cada 6 de enero en el Palacio Real de Madrid.
    • Pascua de Pentecostés, festivida cristiana que celebra la venida del Espíritu Santo sobre el Colegio Apostólico.








    JA! esperaban la fotito del huevo, no?

    lunes, 18 de abril de 2011

    TEXTOS PARA NADA

     
    I


    Bruscamente, no, por fuerza, por fuerza, no pude más, no pude continuar. Alguien dijo, No puede permanecer ahí. No podía permanecer allí y no podía continuar. Describiré el lugar, carece de importancia. La cima, muy llana, de una montaña, no, de una colina, pero tan salvaje, tan salvaje, basta. Fango, brezo hasta las rodillas, imperceptibles senderos de ovejas, erosiones profundas. En el hueco de una de ellas yacía yo, al abrigo del viento. Hermoso panorama, sin la niebla que lo velaba todo, valles, lagos, planicie, mar. ¿Cómo continuar? No era necesario empezar, sí, era necesario. Alguien dijo, quizás el mismo, ¿Por qué ha venido? Hubiera podido quedarme en mi rincón, al calor, seco, a cubierto, no podía. Mi rincón, lo describiré, no, no puedo. Simplemente, nada puedo ya, como suele decirse. Digo al cuerpo, ¡Vamos, arriba!, y siento el esfuerzo que realiza, para obedecer, como un viejo penco caído en la calle, que ya no hace, que aún hace, antes de renunciar. Digo a la cabeza. Déjalo tranquilo, quédate tranquila, ella cesa de respirar, después jadea cada vez más. Me siento lejos de esas historias, no debería ocuparme de ellas, no necesito nada, ni ir más lejos, ni quedarme en donde estoy, todo me resulta verdaderamente indiferente. Debería apartarme, del cuerpo, de la cabeza, dejar que se arreglen, dejar que se acaben, no puedo, sería necesario que sea yo quien se acabe. Ah, sí, diríase que somos más de uno, sordos todos, ni siquiera, unidos de por vida. Otro dijo, o el mismo, o el primero, todos tienen la misma voz, todos los mismos pensamientos, Debiera haberse quedado en su casa. Mi casa. Querían que regresara a mi casa. Mi morada. Sin niebla, con buenos ojos, con un catalejo, la vería desde aquí. No se trata de simple fatiga, no estoy simplemente fatigado, a pesar de la ascensión. Tampoco se trata de que quiera permanecer aquí. Había oído, debí haber oído hablar del panorama, el mar allá lejos, en el fondo, de plomo repujado, la planicie llamada de oro tan frecuentemente cantada, los repetidos valles, los lagos glaciares, los humos de la capital, no se hablaba de otra cosa. Por cierto, ¿quiénes son esa gente? ¿Me han seguido, precedido, acompañado? Estoy en la excavación que los siglos han cavado, siglos de mal tiempo, tendido cara al suelo negruzco donde se estanca, lentamente bebida, un agua azafranada. Están arriba, alrededor, como en el cementerio. No puedo levantar la vista hacia ellos, lástima. No veré sus rostros. Las piernas quizás, hundidas en el brezo. ¿Me ven ellos, qué pueden ver de mí? Quizá ya no haya nadie, quizá se hayan ido, asqueados. Escucho y son los mismos pensamientos lo que oigo, quiero decir los mismos de siempre, curioso. Decir que en el valle brilla el sol, en un cielo desmelenado. ¿Desde cuándo estoy aquí? Qué pregunta, me la he planteado con frecuencia. Y con frecuencia he sabido responder, Una hora, un mes, un año, cien años, según qué entendía por aquí, por mí, por estar, y en esto nunca he ido a buscar nada extraordinario, en esto nunca he cambiado gran cosa, sólo habla el aquí que parecía cambiar. O decía, No debe hacer mucho tiempo, no lo habría soportado. Oigo los chorlitos, significa que cae la tarde, que cae la noche, pues los chorlitos son así, gritan al llegar la noche, tras permanecer mudos durante toda la tarde. Así, así es entre criaturas salvajes y de tan corta vida, en relación a la mía. Y esta otra pregunta, que me es también muy conocida, Por qué he venido, que no tiene respuesta, de modo que respondía, Para variar, o, No soy yo, o, Es el azar, o incluso, Para ver, o en fin, los años fogosos, Es el destino, siento que la pregunta llega, llega, no me hallará desprevenido. Todo es ruido, negra turba saturada que aún debe beber, marejada de helechos gigantes, brezo con remolinos de calma donde se ahoga el viento, mi vida y sus viejos estribillos, Para ver, para variar, no, está visto, todo visto, hasta llenarse los ojos de legañas, ni a la intemperie, el mal está hecho, el mal fue hecho, un día que salí, a remolque de mis pies hechos para ir, para dar pasos, que había dejado ir, que me arrastraron hasta aquí, por eso vine. Y lo que hago, lo esencial, resoplo, diciéndome, con palabras como de humo, No puedo quedarme, no puedo irme, veamos qué ocurre. ¿Y como sensación? Dios mío, no puedo quejarme, es él, pero con sordina, como bajo la nieve, menos el calor, menos el sueño, las sigo bien, todas las voces, todas las partes, bastante bien, el frío me gana, también la humedad, en fin lo supongo, estoy lejos. Mis reumatismos, en todo caso, no pienso en ellos, no me hacen sufrir más que los de mi madre, cuando la hacían sufrir. Mirada paciente y fija, a flor de esta cabeza huraña de buitre, mirada fiel, es su hora, quizá sea su hora. Estoy arriba y estoy aquí, tal como me veo, tendido, los ojos cerrados, la oreja pegada formando ventosa contra la turba que chupa, estamos de acuerdo, todos de acuerdo, en el fondo, desde siempre, nos queremos, nos lamentamos, pero ay, nada podemos. Lo que es seguro es que dentro de una hora será demasiado tarde, dentro de media hora será de noche, y aun, no es seguro, entonces qué, qué es lo que no es seguro, absolutamente seguro, que la noche impide cuanto permite el día, a quienes saben apañárselas, a quienes quieren apañárselas, y pueden, aún pueden intentarlo. La niebla se disipará, lo sé, por mucho que uno esté desprevenido, el viento refrescará, al caer la noche, y el cielo nocturno cubrirá la montaña, con sus luminarias, entre ellas los carros, que me guiarán, una vez más, guiarán mis pasos, esperemos la noche. Todo se confunde, los tiempos se confunden, antes sólo había estado, ahora estoy siempre, dentro de unos instantes aún no estaré, penando a media ladera, o entre los helechos que rodean el bosque, los alerces, no intento comprender, nunca más intentaré comprender, como suele decirse, de momento estoy aquí, desde siempre, para siempre, ya no temeré a las palabras importantes, no son importantes. No recuerdo haber venido, nunca podré irme, mi pequeño mundo, tengo los ojos cerrados y siento en la mejilla el humus áspero y húmedo, mi sombrero ha caído, no ha caído lejos o el viento se lo ha llevado lejos. Lo apreciaba mucho. Unas veces es el mar, otras la montaña, a menudo ha sido el bosque, la ciudad, también la planicie, también probé en la planicie, me he dejado por muerto en todos los rincones, de hambre, de vejez, acabado, ahogado, y después sin razón, muchas veces sin razón, por hastío, eso reanima, un último suspiro, y entonces los aposentos, de mi hermosa muerte, en la cama, viniéndose abajo con mis penates, y siempre refunfuñando, las mismas frases, las mismas historias, las mismas preguntas y respuestas, ingenuo, basta, al límite de mi mundo de ignorantes, jamás una imprecación, no tan tonto, o quizá no recuerde. Sí, hasta el final, en voz baja, meciéndome, haciéndome compañía y siempre atento, atento a las viejas historias, como cuando mi padre, sentándome en sus rodillas, me leía la de Joe Breem, o Breen, hijo de un farero noche tras noche, durante todo el invierno. Era un cuento: un cuento para niños, transcurría en un peñón, en medio de la tempestad, la madre había muerto y las gaviotas se amontonaban junto al faro, Joe se tiró al agua, es cuanto recuerdo, un cuchillo entre los dientes, hizo lo que tenía que hacer y regresó, es cuanto recuerdo esta noche, terminaba bien, empezaba mal y terminaba bien, todas las noches, una comedia, para niños. Sí, he sido mi padre y he sido mi hijo, me he planteado preguntas y las he contestado lo mejor que pude, me he hecho repetir, noche tras noche, la misma historia, que me sabía de memoria sin poder creerla, o caminábamos, cogidos de la mano, mudos, sumergidos en nuestros mundos, cada uno en sus mundos, con las manos olvidadas, una en la otra. Así he resistido, hasta el presente. Y aún esta noche parece que todo marcha bien, estoy en mis brazos, me tengo en mis brazos, sin mucha ternura, pero fielmente, fielmente. Durmamos, como bajo aquella lejana lámpara, confundidos, por haber hablado tanto, escuchado tanto, penado tanto, jugado tanto.



    "Relatos" - Samuel Beckett

    Samuel Beckett


    Nació en Dublín en 1906. Tras cursar estudios en la Portora Royal School y el Trinity College de su ciudad natal, fue nombrado profesor de la École Normale Supérieure de París. En esta ciudad conoció a James Joyce, de quien se convirtió muy pronto en amigo íntimo y confidente. Participó activamente en la Resistencia francesa durante la Segunda Guerra Mundial, desdeñando su neutralidad de ciudadano irlandés y, a partir de 1945, se instaló definitivamente en Francia, donde escribió toda su obra indistintamente en inglés o francés. En 1969 recibió el Premio Nobel de Literatura; eso no turbó la vida retirada que llevó hasta su muerte, acaecida en París en 1989. Tusquets Editores ha publicado de él, además de Esperando a Godot (Fábula 26), sus obras Film (Fábula 166), Detritus, Fin de partida, Pavesas, y Eleutheria, su primera obra de teatro (Marginales 60, 88, 97 y 148). Asimismo se han reunido en un solo volumen sus textos narrativos dispersos, Relatos (Marginales 159, ahora también en la colección Fábula).



    (En próximos posteos algunos de los relatos de "Relatos")

    No busques el momento perfecto, sólo busca el momento y hazlo perfecto.

    jueves, 14 de abril de 2011

    "La persona inteligente se recupera de un fracaso, la que no lo es nunca se recupera de un éxito."

    2011 y corriendo...

    Entre charlas y ocurrencias surgió la incertidumbre de por qué el corriente año nos está dando alguna que otra patadita eficiente y sin anestesia.  De múltiples notas, escritos y yerbas varias, aquí va una que, si bien no sé si termina responder nuestras inquitudes, está, por lo menos, interesante.



    2011, un año de cambios trascendentales

    Este año vivimos un tiempo de gran potencia energética. Los aspectos planetarios entre Plutón, Saturno, Júpiter y Urano, más el emplazamiento del Nodo Norte de la Luna, revelan que el momento de la gran transformación de la conciencia ya es un hecho. Así lo evidencia el astrólogo chileno Gonzalo Pérez. 
     
    Cada vez es más frecuente que personas de diversos ámbitos se inquieten por el supuesto cambio de ciclo planetario asociado al año 2012. Hace unos años, observaba que esta curiosidad se centraba más bien en aspectos externos asociados al cambio; así por ejemplo, surgían hipótesis de catástrofes planetarias o textos diversos que resolvían el ansia predictiva que todos los seres humanos –desde nuestro afán de control- poseemos.
    Si bien es cierto que para muchos la inquietud por el cambio del escenario planetario sigue vigente, también es cierto que la pregunta por el cambio interior, por la transformación de nuestras estructuras internas es hoy tanto o más relevante. Así, de la obnubilación por hechos dramáticos como los que muestra Hollywood con películas como El Día Después de Mañana o 2012, de manera acelerada empezó a suscitarse la cuestión acerca de cómo prepararnos, cómo hacernos responsables frente a los cambios que se avecinan. La gran transformación planetaria ya no está solamente asociada al dramatismo de cataclismos, sino a los cambios de conciencia que se avecinan, y la gran pregunta por lo tanto radica en cómo alinearse con este cambio interior.
    A propósito de estos temas, a principios de año asistimos  a una conferencia del psicólogo y astrólogo chileno  Gonzalo Pérez, quien precisamente se refirió a la naturaleza de los cambios que se aproximan para este año 2011. Pérez plantea que si bien los ajustes que están emergiendo son colectivos, es decir, tocan por igual a toda la humanidad, estos cambios se viven en términos individuales y obedecen completamente al compromiso de cada ser humano de transformarse a sí mismo, desmantelando los viejos mecanismos para inaugurar el espacio de la conciencia, el espacio del corazón.
    A partir de ahora, ninguno de nosotros es víctima o espectador pasivo frente a las transformaciones de estructuras que a nivel global están readecuándose. A juicio de Pérez, la voluntad y la decisión de cada uno es fundamental para alinearse con esta oportunidad de transformación. El cambio es interno, por más que nos detengamos en sus correlatos externos, pues afuera y adentro son categorías arbitrarias que hemos creado para comprender la realidad.

    Del miedo al amor
    Este ajuste, señala Pérez, opera en nuestras cabezas, en nuestros sistemas de pensamiento, y se refleja en el salto desde una estructura de pensamiento basada en el miedo hacia una estructura basada en el amor. Ha llegado el momento de transformar nuestra química cerebral, de apagar conscientemente aquellos circuitos neuronales programados para la negatividad y basados en el temor, para dar lugar a circuitos cerebrales basados en el amor y en la apertura a los cambios de elevación de la conciencia.
    Por muchos años, señala Pérez, hemos vivido amparados en el miedo. Aparentemente, hay muchas conductas humanas que surgen por otras motivaciones como la ambición, las ansias del poder, la necesidad de controlar, la competitividad y que no necesariamente asociamos a la emoción del miedo. Pero, ¿saben qué? Gonzalo Pérez es enfático en señalar que existen dos energías básicas: el Amor y la negación de éste, que es el miedo, y que puede aparecer con múltiples disfraces, apariencias diversas con las que los humanos ocultamos nuestro temor básico.
    ¿Y cuál es la máscara del miedo, de la negación del amor? Esta máscara es el ego, nuestro mecanismo de protección, la forma de ocultar nuestra propia verdad para no ser rechazados; el ego es el que alimenta nuestra insatisfacción constante, es decir, nuestra infelicidad, nuestra crítica, nuestra compulsión a juzgarlo todo, la constante sospecha, el escepticismo, el pesimismo, la rabia, la frustración y la sensación de que a veces no hay salida posible, de que estoy al margen de la sociedad, de que lo que hago no vale de nada, entre muchas otras posibilidades egóticas.
    Parece que ya es tiempo de que los seres humanos, atrapados por mucho tiempo en el vientre de la ballena, liberemos nuestros dolores, nos perdonemos a nosotros mismos y permitamos que el cambio sea en nosotros.
    El 2011 es, entonces, un año de transformación de esta antigua forma de pensar. Nuestra forma de pensamiento está cambiando, nuestro sistema de creencias está modificándose, nuestras emociones se están liberando y todo ello para prepararnos a este cambio de vibración que nos lleva desde el espacio del miedo hacia el espacio del amor.

    Entonces, ¿cómo podemos abrirnos a estos cambios de vibración? ¿Cómo podemos prepararnos para esta transformación y alinearnos con la nueva vibración planetaria? Respecto a esta pregunta hay algo que Gonzalo Pérez dijo (e hizo) y que resultó muy interesante: Todas las reglas arbitrarias con las que nos hemos organizados como sociedades están cayendo.
    El Deber Ser externo, las instituciones basadas en el temor, ya se están derrumbando y seguirán haciéndolo, porque estamos entrando en un momento en que la experiencia individual, nuestra subjetividad, es la que cobra importancia fundamental. Ya no sacamos nada con simplemente contar algo o con tratar de instruir o imponer algo a otros, a fin de convencerlo. Ahora el mensaje es “vívelo”, “experiméntalo”, “ten tu propia experiencia al respecto”.
    Dije anteriormente que Gonzalo Pérez no sólo señaló esta transición desde las aparentes objetividades y sistemas de normas externos hacia el espacio de la subjetividad y la experiencia personal, sino que en su misma conferencia dio muestras de la importancia de experimentar el cambio porque en la misma conferencia. Tras su exposición, todos los asistentes tuvimos la oportunidad de vivenciar, a través de una meditación con el sonido de los cuencos tibetanos, una experiencia interior.
    Por lo tanto, si bien no hay mandatos que cumplir, sí podemos sugerir que cada persona experimente la posibilidad de estar consigo misma, de escucharse profundamente, de meditar, de estar en contacto con la naturaleza, de emprender algún trabajo de desarrollo personal, entre otras muchas posibilidades que finalmente son personales, subjetivas, y profundamente originales a la hora de emprender el cambio hacia este nuevo ciclo. Lo cierto es que nuestra transformación, cualquiera sea la vía que elijamos, es la apertura hacia el amor.



    Nunca te arrepientas de nada. Si fue bueno: es maravilloso. Si fue malo, es experiencia.

    Los diez edificios más extraños del planeta

    Hay quienes creen que todos los edificios y construcciones son "más o menos lo mismo". Sin embargo, hay diez inmuebles que desafían los límites de la imaginación y que obligan a los escépticos a reflexionar respecto de dicha afirmación.
    No se trata de "errores con suerte", como se podría definir a la torre de Pisa, que fue construida para que permaneciera en posición vertical pero comenzó a inclinarse tan pronto como se iniciaron las obras en agosto de 1173.
    Más bien se podría hablar de diseños pensados con gracia e ingenio, que juegan con la lógica o que llaman la atención por sus formas fuera de lo común.
    En una fotogalería, el medio español Ecodiario.es seleccionó al Top 10 de los "raros de la arquitectura".
    Desafiando a los sentidos
    1. Si de edificaciones extrañas se habla, no se puede dejar de nombrar a WonderWorks. Se trata de un parque de atracciones con sedes en Orlando, Pigeon Forge, Panama City Beach y Myrtle Beach que se caracteriza por estar construido con "el piso en el techo".
    "Deja que tu imaginación vuele libremente", invita la página web oficial . Y sólo basta con mirar la fachada para que este pedido se transforme en realidad.
    En el interior se pueden hallar fascinantes e inusuales exhibiciones, convirtiendo la visita al parque en una experiencia única.
    Algunas de las actividades que se pueden encontrar allí son simuladores de vuelos de avión o terremotos, así como una cama de clavos y hasta dispositivos para crear juegos mecánicos.
    El precio de adultos en Orlando es de US22,99, mientras que los niños pagan 17,99 dólares.
    2. En Bilbao (España), también hay una atracción marcada por su extraña arquitectura: el Museo Guggenheim.
    Según describe el sitio web oficial, se trata de una obra del arquitecto americano Frank O. Gehry, que "constituye un magnífico ejemplo de la arquitectura más vanguardista del siglo XX".
    "El edificio representa en sí un hito arquitectónico por su diseño innovador y conforma un seductor telón de fondo para la exhibición de arte contemporáneo", agrega.
    3. ¿Existen las casas cúbicas? La respuesta, por extraña que parezca, es que sí. Para visitarlas hay que ir a Rotterdam, Holanda.
    Por su originalidad, las viviendas diseñadas por Piet Blom en 1984 se convirtieron en un ícono de la ciudad.
    Fueron pensadas como un experimento arquitectónico en el que iba a prevalecer la estética sobre la funcionalidad. Sin embargo, este complejo está formado por 38 casas que, en su mayoría, se encuentran habitadas o alojan pequeños comercios.
    Una de ellas se ha reconvertido en museo y es posible visitarla pagando una pequeña entrada (inferior a los 3 euros).
    "Al no descansar completamente sobre el suelo sino sobre una inclinación de 45 grados producen un efecto muy peculiar tanto exterior como interiormente", explica un blog especializado en Rotterdam y agrega: "Es muy recomendable entrar y sentir la mezcla entre agobio y sorpresa, con paredes que convergen hacia uno y muebles que extrañamente encuentran su lugar ideal".
    "En la parte de arriba hay una especie de solarium, ideal para leer, tomar algo y relajarse", concluye.
    4. Una cesta es usualmente sinónimo de picnic. Sin embargo, en Ohaio no necesariamente es así. De hecho, allí se puede encontrar la canasta más grande del mundo, que no es ni más ni menos que un edificio.
    No es de sorprender que este inmueble sea la sede central de la compañía Longaberger, que fabrica (obviamente) cestas.
    Dave Longaberger, fundador de la firma, pretendía llamar la atención sobre la empresa y al mismo tiempo, contribuir a la construcción de una nueva marca.
    Sin embargo, cuando comenzó la difusión de la idea de construir este edificio, la gente pensó que se trataba de una broma. Ni los banqueros ni los arquitectos tomaron en serio la idea, pero Longaberger perseveró.
    Su visión del edificio se completó el 17 de diciembre de 1997, cuando la oficina abrió sus puertas.
    5. Al observar Krzywy Domek (la Crooked House o casa torcida) uno podría pensar que se está viendo a través de un espejo que deforma la realidad.
    Pero lo cierto es que si usted está en Sopot, Polonia, no necesita lentes ni está siendo engañado, sino que está ante una rareza arquitectónica.
    Con los planos de Marcin Szancer y Per Dalhberg, así como los exóticos diseños del catalán Gaudí se hicieron las bases de esta edificación compleja y extravagante, que se inauguró en 2003.
    "Este excéntrico edificio se realizó gracias a la iniciativa del arquitecto polaco Szotvnscv Zaleski, quien se inspiró en los bocetos de las personalidades antes mencionadas", señaló el sitio ViajesDeEuropa.com, que agregó que el inmueble "sirve como zona céntrica del principal lugar de distensión de Sopot, donde colinda con cafés, bares y algunas boutiques".
    6. Las casas de madera de impacto leve (Low Impact Woodland Home) en Gales, Reino Unido, rememoran las viviendas de los Hobbits, personajes de la trilogía El Señor de los Anillos de J.R.R. Tolkien.
    Su estructura exterior se disfraza entre las colinas, mientras que su interior se destaca la decoración de madera.
    7. La naturaleza es sin duda la mayor obra de arte. Por ello, no llama la atención que ella haya sido la inspiración del Templo de Loto (Lotus Temple), en India.
    Es un lugar de oración y meditación, situado al sur de Delhi, en Kaljaji, al oeste de Connaught Place, en Mandir Marg, según explica el sitio ViajePorIndia.com.
    Su estructura representa una flor de loto blanca semiabierta y está construida de mármol, cemento y arena. Cabe destacar que el loto es la flor nacional de la India.
    8. "Mind House" es otro edificio que se destaca por sus formas curvas y atractivas, al mejor estilo Gaudí.
    Se encuentra en Barcelona, la ciudad española conocida por su atractiva arquitectura.
    9. ¿Se puede tirar una casa literalmente por el aire y que aterrice sobre una edificación? Si bien resulta obvio que no, eso es lo que pareciera al ver la "House Attack" en Viena, Austria.
    Se trata de una instalación del artista austríaco Erwin Wurm, formado en la Academia de Artes Aplicadas de Viena y en la Academia de Bellas Artes de Viena entre los años 1979 y 1982.
    10. Para cerrar el ranking, EcoDiario.es eligió el Átomo o Atomiun, monumento que puede considerarse el símbolo de Bruselas.
    Construido con motivo de la EXPO de 1958, se trata de una impresionante escultura que representa el símbolo al elemento químico del hierro, con sus nueve átomos en una proporción aumentada 150.000 millones de veces.
    Creado por el arquitecto André Waterkeyn en acero y aluminio, se tardó 18 meses en su construcción, tiene un peso de aproximadamente 2.400 toneladas y posee una altura de 102 metros.
    Nunca hay un techo para la sorpresa
    Si bien esta selección es de por sí extraña, no incluye a todas las rarezas arquitectónicas. De hecho, para ver más ejemplos, haga click aquí.

    sábado, 9 de abril de 2011

    Torta de Manzanas

    Enmantecar un molde para horno, sobre el mismo colocar 5 manzanas verdes en rodajas, rociarlas con jugo de limón.
    Para el crumble: 100 gr de manteca derretida, 1 taza de harina y 1 taza de azucar, generar una mezcla arenosa, ni muy húmeda ni muy seca...poner por encima de las manzanas y espolvorear canela...llevar al horno 180º 30 min aprox. hasta que se dore..depende del horno...

    Si quieren pueden ponerle masa abajo pero van a tener q googlearla..

    miércoles, 6 de abril de 2011

    El eterno y máximo galán (y tanto más que eso)


    (Omaha, Nebraska, 1924 - Los Ángeles, 2004)

    Una recomendación lo condujo ante Erwin Piscator, director del Dramatic Workshop en la New School for Social Research, embrión del Actor’s Studio.  Allí asistió a las clases de Stella Alder, quien gozaba de gran prestigio por haber sido alumna, en Moscú, de Konstantin Stanislawski, cuyas técnicas aplicaba.
    Una decena de obras entre 1944 y 1947 (Molière, Shakespeare, Ben Hetch, Cocteau, Bernard Shaw...) foguearon su talento, y le bastaron dos frases para convencer a Tennessee Williams de que se hallaba ante el intérprete ideal para encarnar por primera vez al Stanley Kowalski de Un tranvía llamado Deseo.  Con el beneplácito del dramaturgo y la dirección de Elia Kazan, Brando fue un Kowalski nunca superado, y de la noche a la mañana consiguió que todo Broadway hablara de él.
    El éxito rotundo del montaje propició su versión cinematográfica.  Y el actor, que ya había debutado en Hombres (1950), de Fred Zinnemann, supo trasladar a la pantalla toda la fuerza y los matices con que había dotado a su personaje en la escena, aunque su poder de seducción se multiplicó.  Con Un tranvía llamado Deseo (1951), Marlon Brando no sólo adquirió una inmediata fama mundial: con ella nació el mito.  Un ícono que imitaron sus contemporáneos y que medio siglo después no se ha extinguido.
    Según cuenta en sus memorias, Las canciones que mi madre me enseñó, él no era consciente entonces del alcance de su imagen ni del efecto de su rebeldía, que sin pretenderlo afianzó en otros títulos, como ¡Salvaje! (1954), de László Benedek, o Piel de serpiente (1959), de Sidney Lumet.  Otro filme destacable de aquellos años fue El baile de los malditos (1958), que permitió a Brando dar muestra de su versatilidad interpretativa al encarnar el papel de un capitán de la Wehrmacht alemana, al que dio un carácter más humano, que difería del imperante en los filmes bélicos de la época.
    En el Brando de aquella época prevalecía, por encima de cualquier otra consideración, su prestigio como actor. En seis años de carrera había sido candidato al Oscar en cinco ocasiones, y aunque lo podría haber ganado por ¡Viva Zapata! (1952), de Kazan, o Julio César (1953), de Joseph L. Mankiewicz, lo obtuvo por La ley del silencio (1954), en la que encarnó al contradictorio Terry Malloy (el ex boxeador que merodea por los muelles de Nueva York), un álter ego del director del filme, Kazan, atormentado por el fantasma de la delación después de haber contribuido a la siniestra caza de brujas liderada por el senador Joseph McCarthy denunciando a sus camaradas. El actor dudó mucho antes de aceptar su papel en esa especie de filme-expiación, pero debía mucho a Kazan, y el personaje olía a premio.


    En realidad Brando, que encarnaba el inconformismo frente a otras pusilánimes estrellas de Hollywood, creía que trabajaba contra el star-system, a espaldas de la industria, y ocurría, en cambio, que su personaje convenía a la gran fábrica de sueños: era el mejor vendedor de sus productos.  Es verdad que rechazaba muchas ofertas de Hollywood, pero más por saturación que por ideología.  Así se entiende mejor su trabajo en títulos de género diverso y desigual calidad que, aparte de demostrar su versatilidad, no contribuyeron a aumentar su prestigio. 
    Esto sucedía ya en la década de los cincuenta, cuando estaba en la cumbre, y, con el tiempo, se hizo cada vez más patente.  Puede decirse que esa primera etapa se cerró con su único trabajo como director, El rostro impenetrable (1961), un western crepuscular que marcó las pautas por las que desde entonces se rigió el género, pero que en su momento no fue justamente valorado.
    Un decenio después, rescatado de la medianía por Bertolucci y Coppola, quien con El padrino lo llevó a un nuevo Oscar -recogido en su nombre por una falsa india sioux como protesta por el trato a los indígenas norteamericanos-, en el Brando renacido pudo más la codicia, y con Superman (1978), de Richard Donner, con un salario de 14 millones de dólares, inauguró sus trabajos manifiestamente mercenarios y olvidables que caracterizaron la última etapa de su trayectoria. Dicen sus biógrafos que actuó así obligado por las deudas.
    En efecto, su economía quedó maltrecha por sus inversiones en Tahití (poseía el atolón Teti’aroa desde 1966) y por las secuelas y obligaciones que le deparaba su exótico, dilatado y dramático historial sentimental (la falsa hindú Anna Kashfi -en realidad Joanna O’Callaghan, galesa-, con quien litigó años por la custodia de su primer hijo, Christian, quien en 1990 fue condenado por el asesinato del novio de su hermana Cheyenne, quien a su vez se suicidó en 1995-; la mexicana Movita Castaneda, la tahitiana Tarita Teriipia y, entre 1988 y 2001, su asistenta guatemalteca María Cristhina Ruiz, madre de sus tres últimos hijos).
    No obstante, poco después de su muerte se hizo público el testamento en el que dejaba un patrimonio de unos 22 millones de dólares y reconocía a diez de sus hijos habidos de todas sus relaciones.  De ellos, los mayores repartieron sus cenizas según la voluntad del actor, en su isla de Tahití y en California, en el Valle de la Muerte.



    martes, 5 de abril de 2011

    10 alimentos que ayudan a dormir mejor


    Ciertos alimentos, por su composición nutritiva (y según la cantidad ingerida), tienen una acción directa sobre el sueño: afectan al sistema nervioso y favorecen la liberación de sustancias como la melatonina y la serotonina que, relacionadas con la sensación de relajación, ayudan a descansar mejor. Aquí te contamos cuáles tenés que comer para dormir bien.  

    1. BananasSon pastillas para dormir naturales. Una inyección de melatonina y serotonina, además son ricas en magnesio, un relajante muscular.

    2. AvenaEs una de las mejores fuentes de melatonina, y por ser rica en hidratos de carbono, ayuda a liberar serotonina. Otro punto a favor: como es de lenta digestión, no interrumpe el sueño.

    3. MielAgregá una cucharada de miel a tu taza de leche caliente o de té. El azúcar es estimulante, pero un poco de glucosa alcanza para indicarle al cerebro que disminuya la función de la orexina, un neurotransmisor directamente relacionado con la vigilia.

    4. Leche caliente
    Contiene triptofano, un aminoácido esencial, necesario para la formación de melatonina y serotonina, dos neurotransmisores que participan del ciclo del sueño.

    5. PolloOtro alimento rico en triptofano. Para incorporar una buena cantidad, combiná una porción de carne de pollo con una rodaja de pan integral a mitad del día. Vas a dormir como un bebé por la noche.

    6. PapaContiene hidratos de carbono, que estimulan la secreción de insulina, hormona que aumenta la disposición del triptofano para formar serotonina.

    7. Semillas de linoAdemás de ser ricas en triptofano, las semillas de lino contienen ácidos grasos omega 3, que ayudan a levantar el ánimo. Agregá dos cucharadas a tus cereales o ensaladas, y vas a ir a la cama de buen humor.  

    8. AlmendrasPoseen buenas cantidades de triptofano y de magnesio, ambas sustancias capaces de inducir el sueño.

    9. Pan integralRico en vitaminas B1 y B6. Con miel, ayuda a que el triptofano llegue al cerebro, donde se convierte en serotonina y permite descansar mejor.

    10. Té de manzanillaEntre las infusiones relajantes, la manzanilla es la preferida para ayudar a conciliar el sueño. Al igual que el tilo y la melisa, tiene un efecto sedante.