Reír es salud. Reír es vida. El buen humor nos sana.
La Madre Teresa decía que aquel que logra reírse de si mismo, de sus pesares, de sus reacciones ante los hechos, logra ver el rostro de Dios. Que no es otro que el rostro de nuestra alma. Nuestra verdad sin máscara, ni capas que tapen lo que somos. Reír libera esos maquillajes con los que hemos cubierto el rostro. Reír eleva la química corporal.
El organismo se eleva en plenitud, se une en armonía, cuando el humor, el contento están presentes, haciendo vibrar esa maquinaria perfecta que es el cuerpo.
Una carcajada salida del alma, reacomoda el metabolismo en forma más vertiginosa que la gimnasia más intensa.
asi me gusta ste!enganchate con el blooooog!
ResponderEliminar