jueves, 29 de diciembre de 2011

Cuando me amé de verdad

Cuando me amé de verdad, comprendí que en cualquier circunstancia, yo estaba en el lugar correcto y en el momento preciso. Y, entonces, pude relajarme. Hoy sé que eso tiene nombre… autoestima.
Cuando me amé de verdad, pude percibir que mi angustia y mi sufrimiento emocional, no son sino señales de que voy contra mis propias verdades. Hoy sé que eso es… autenticidad.
Cuando me amé de verdad, de ...jé de desear que mi vida fuera diferente, y comencé a ver que todo lo que acontece contribuye a mi crecimiento. Hoy sé que eso se llama… madurez.
Cuando me amé de verdad, comencé a comprender por qué es ofensivo tratar de forzar una situación o a una persona, solo para alcanzar aquello que deseo, aún sabiendo que no es el momento o que la persona (tal vez yo mismo) no está preparada. Hoy sé que el nombre de eso es… respeto.
Cuando me amé de verdad, comencé a librarme de todo lo que no fuese saludable: personas y situaciones, todo y cualquier cosa que me empujara hacia abajo. Al principio, mi razón llamó egoísmo a esa actitud. Hoy sé que se llama… amor hacia uno mismo.
Cuando me amé de verdad, dejé de preocuparme por no tener tiempo libre y desistí de hacer grandes planes, abandoné los mega-proyectos de futuro. Hoy hago lo que encuentro correcto, lo que me gusta, cuando quiero y a mi propio ritmo. Hoy sé, que eso es… simplicidad.
Cuando me amé de verdad, desistí de querer tener siempre la razón y, con eso, erré muchas menos veces. Así descubrí la… humildad.
Cuando me amé de verdad, desistí de quedar reviviendo el pasado y de preocuparme por el futuro. Ahora, me mantengo en el presente, que es donde la vida acontece. Hoy vivo un día a la vez. Y eso se llama… plenitud.
Cuando me amé de verdad, comprendí que mi mente puede atormentarme y decepcionarme. Pero cuando yo la coloco al servicio de mi corazón, es una valiosa aliada. Y esto es… saber vivir!
No debemos tener miedo de cuestionarnos… Hasta los planetas chocan y del caos nacen las estrellas.

Charles Chaplin
(Sólo por Picky, que se lo merece)

martes, 27 de diciembre de 2011

*LA MADUREZ*

Artículo del New York Times, merecedor de una discusión:
*
**"Son motivo de vergüenza celulares sencillos?**
**
**El texto cuenta la experiencia de Chris Glionna, supervisor de
restaurantes de una conocida compañía, con su viejo celular. Como el
teléfono le daba el servicio necesario, no le preocupaba que estuviera
fuera de moda. Pero... (siempre hay un pero), sus colegas lo molestaban
y se burlaban cuando extraía su "pisapapeles" del maletín. Llegó a sentirse
tan avergonzado que hace un par de meses lo cambió por un Blackberry.

Dice así el Dr. Alejandro Morton:la Crisis en el mundo se debe, entre otras
cosas, a la inseguridad que las personas tienen en ellos mismos;
su continua necesidad de comprar jamás será satisfecha porque esperan que
la satisfacción personal venga de lo comprado, y jamás será a sí.
A nivel social no nos hemos dado cuenta de que ese impulso descontrolado
por comprar es, en el fondo, la causa profunda de la crisis económica que
ha cundido ya por todo el mundo, alimentada por un
sistema financiero insaciable que facilitó recursos para que compraran
quienes no tenían con qué".*

*Pocas cosas hay más tensionantes que tratar de mantenerse a la moda en
ropa, calzado, accesorios, tecnología, viajes, comidas, restaurantes,
casas, muebles, autos y todo lo añadible. Quien tiene dinero en exceso
puede comprar, usar y desechar, pero quienes vivimos sujetos a un
presupuesto debemos cuidar qué compramos y entender por qué y para qué lo
compramos.
En efecto,la presión social existe, pero debemos preguntarnos cuánto nos
presiona y cuánto nos dejamos presionar? ¿Cuál es el problema de
que se rían de nuestro celular viejo? La risa es buena y si no les gusta el
celular pueden bromear a costa de él y criticar el aparato, a su dueño o a
ambos. El problema es de ellos, no del dueño del celular, a menos que éste
lo acepte. *

*Desafortunadamente hoy día uno se refiere a
las personas por sus posesiones: "Es el chico del convertible rojo" o "La
señora que usa ropa de marca y tiene una casa enorme" o "Es el
director que siempre anda a la moda". Es decir, su personalidad no emana de
lo imprescindible, sino de lo prescindible. Lo primero no se compra en
ningún lado; lo segundo en cualquiera, si se tiene los medios para hacerlo.*

*Un amigo muy cercano es multimillonario, pero nosotros lo averiguamos por
accidente tras años después de conocerlo. Es sencillo, generoso, adaptable
a todo y disfruta lo disfrutable. Jamás presume y nunca hace alarde de nada
porque tiene muy claro qué cosas son importantes en su vida.

Las trampas de la presión social siempre han estado ahí. Caen en ellas
quienes no se conocen a sí mismos y tienen una escala de valores
centrada en lo social y en su desarrollo han tenido carencias afectivas.

El vacío personal no lo llena ni los closets repletos, ni los carros
lujosos, ni las joyas exclusivas, ni los accesorios de lujo. La
satisfacción de los consumidores insaciables no viene de poseer las
cosas, sino de presumirlas ante los demás.

¿Tiene usted un celular del que sus "amigos" se ríen cuando lo usa?
Ríase con ellos y úselo hasta que guste. ¿Le duelen las burlas?

**Entonces CAMBIE de AMIGOS NO DE CELULAR... Es lo justo**.*

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Desde los afectos

Cómo hacerte saber que siempre hay tiempo?

Que uno tiene que buscarlo y dárselo...
Que nadie establece normas, salvo la vida...
Que la vida sin ciertas normas pierde formas...
Que la forma no se pierde con abrirnos...
Que abrirnos no es amar indiscriminadamente...
Que no está prohibido amar...
Que también se puede odiar...
Que la agresión porque sí, hiere mucho...
Que las heridas se cierran...
Que las puertas no deben cerrarse...
Que la mayor puerta es el afecto...
Que los afectos, nos definen...
Que definirse no es remar contra la corriente...
Que no cuanto más fuerte se hace el trazo, más se dibuja...
Que negar palabras, es abrir distancias...
Que encontrarse es muy hermoso...
Que el sexo forma parte de lo hermoso de la vida...
Que la vida parte del sexo...
Que el por qué de los niños, tiene su por qué...
Que querer saber de alguien, no es sólo curiosidad...
Que saber todo de todos, es curiosidad malsana...
Que nunca está de más agradecer...
Que autodeterminación no es hacer las cosas solo...
Que nadie quiere estar solo...
Que para no estar solo hay que dar...
Que para dar, debemos recibir antes...
Que para que nos den también hay que saber pedir...
Que saber pedir no es regalarse...
Que regalarse en definitiva no es quererse...
Que para que nos quieran debemos demostrar qué somos...
Que para que alguien sea, hay que ayudarlo...
Que ayudar es poder alentar y apoyar...
Que adular no es apoyar...
Que adular es tan pernicioso como dar vuelta la cara...
Que las cosas cara a cara son honestas...
Que nadie es honesto porque no robe...
Que cuando no hay placer en las cosas no se está viviendo...
Que para sentir la vida hay que olvidarse que existe la muerte...
Que se puede estar muerto en vida..
Que se siente con el cuerpo y la mente...
Que con los oídos se escucha...
Que cuesta ser sensible y no herirse...
Que herirse no es desangrarse...
Que para no ser heridos levantamos muros...
Que sería mejor construir puentes...
Que sobre ellos se van a la otra orilla y nadie vuelve...
Que volver no implica retroceder...
Que retroceder también puede ser avanzar...
Que no por mucho avanzar se amanece más cerca del sol...

Cómo hacerte saber que nadie establece normas, salvo la vida?
Mario Benedetti ( Uruguay, 1920)

sábado, 10 de diciembre de 2011

Cuento para vencer obstáculos

Un hombre encontró el capullo de una mariposa. Un día, apareció en él una pequeña abertura, entonces se sentó y observó durante varias horas cómo la mariposa luchaba, esforzándose para poder pasar a través de ese agujerito.
 Luego, le pareció que la mariposa ya no progresaba; era como si hubiera llegado al límite de sus posibilidades y no pudiera seguir avanzando. Es por eso que decidió ayudarla: tomó una tijera y cortó el pedacito restante del capullo. La mariposa salió fácilmente, pero tenía el cuerpo hinchado y las alas pequeñas y arrugadas. El hombre siguió observándola, esperando que en cualquier momento las alas pudieran agrandarse y expandirse para poder soportar el cuerpo que, a su debido tiempo, se contraería. Nada de eso sucedió. De hecho, la mariposa pasó el resto de su corta vida arrastrándose con el cuerpo hinchado y las alas encogidas. Nunca pudo llegar a volar.
Lo que el hombre no comprendió, en su bondad y apuro, es que el obstáculo del capullo y la lucha necesaria para que la mariposa pudiera pasar por la diminuta abertura era el modo en que Dios obligaba a que el fluido del cuerpo de la mariposa llegara a sus alas para que estuviera en condiciones de volar una vez que se liberara del capullo.
Algunas veces, las luchas y dificultades son exactamente lo que necesitamos en nuestras vidas. Si Dios permitiera que pasáramos por la vida sin enfrentar obstáculos, nos volveríamos inválidos.